Normalmente esta pregunta se
responde parcialmente al leer los términos de uso de cualquier app susceptible
de captar parte de nuestros datos o de cualquier página de internet, y, por
supuesto, de las redes sociales. Los términos de uso, o condiciones de uso, son
esa cosa que casi nadie se lee por pereza al ver que es básicamente una
biblia más difícil de entender todavía.
El caso es que, aunque nos leyéramos
de cabo a rabo las condiciones de uso, no obtendríamos toda la información
que buscamos, y es que nuestros datos pueden acabar en manos de otras
empresas u otras entidades que no aparecen en dicho documento. Véase sino el reciente caso de BLU, cuyo firmware
recolectaba datos nuestros y los enviaba a China.
Nuestros datos normalmente acaban en
manos de la empresa propietaria de la web, aplicación, o lo que sea que estemos
usando y, además, puede acabar en manos de otras empresas ajenas, normalmente
con el fin de enviarte publicidad personalizada, como en el caso de Facebook, o
de ofrecerte unas recomendaciones basadas en tus búsquedas, localización, etc.
Claro que, sin saberlo nosotros, pueden
llegar a usarse con fines desconocidos para nosotros, como venderlos a
otras empresas y que hagan con ellos lo que sea que suelan hacer, que
normalmente es enviarnos más publicidad "personalizada" todavía. En
resumen, el fin de obtener nuestros datos es traficar con ellos.
Se ha hablado decenas y decenas de
veces acerca de la privacidad, de conservar a salvo nuestros datos y cosas
similares, y en muchas de ellas se ha dicho (con razón, por cierto) que estamos
en la era de internet y que lo mejor es despedirse de la privacidad en el
momento en el que accedemos a cualquier web o según qué tipo de aplicación.
De una u otra manera, nos hemos
resignado a que nuestros datos pasarán a ser conocidos por cualquier empresa
que quiera hacerse con ellos, y esto es algo que debería de alarmarnos,
aunque sólo sea un poco. Esta resignación hace que dejemos de luchar por
nuestra propia privacidad, y eso puede dar pie a que los que se hagan con
nuestros datos se sientan más cómodos.
Refugiándose en ese confort, los
que consigan nuestros datos pueden, sin nuestra oposición, hacer casi lo que
quieran con ellos y traficar con ellos sin que nosotros sepamos en manos de
quién acaban, que puede ser, poniéndonos un poco paranoicos, que nos lleguen a
enviar malware en forma de publicidad o de un correo electrónico.
Por esta y otras muchas cosas deberíamos
ser un poco más selectivos a la hora de compartir nuestros datos, no darlos sin
pensar y sin informarnos, dentro de lo posible, acerca de qué harán con
ellos. ¿Crees que deberíamos cuidar más a quién damos la información de
nuestros datos?