Samsung anunciaba hace tan sólo un par de horas que el Samsung Galaxy Note 7 va a dejar de fabricarse y de venderse de forma definitiva. No se puede decir que sea una sorpresa: el mundo de la tecnología llevaba desde el fin de semana a la espera del siguiente movimiento del fabricante coreano, después de que varios consumidores denunciaran que sus Note 7 reemplazados también estaban defectuosos.
La decisión nos deja bastantes preguntas, y por ahora tenemos pocas respuestas. No solamente sobre qué está causando que los Note 7 se incendien (algo que en Samsung no deben tener demasiado claro si hasta los dispositivos de reemplazo, supuestamente "seguros", tienen el problema), sino también cómo afectará a Samsung todo esto y cuánto les costará, en términos económicos, que el Note 7 haya sido uno de los desastres tecnológicos más importantes de los últimos años.
Desde su lanzamiento hasta que las
ventas se detuvieron tras anunciarse el primer recall, Samsung aseguraba que habían vendido 2,5 millones de
Note 7 en todo el mundo. La mayoría de ellos, hasta alcanzar 1 millón, sólo en Estados Unidos.
Con la petición de devolución de este primer lote, las entregas de las
prereservas se retrasaron todavía para poder servir directamente teléfonos de
reemplazo con el problema arreglado.
Retirar 2,5 millones de dispositivos
del mercado no es un proceso precisamente barato: está el coste de los envíos,
el de sustituir un teléfono por otro, etc. Al coste de todo este proceso es
necesario sumar el de algunos incentivos que la compañía añadió con el fin de
conseguir que los consumidores devolvieran cuanto antes sus teléfonos, como los
25 dólares que regalaban en EEUU o los 300 yuanes en China por cambiar dicho teléfono
por otro modelo de Samsung. Cantidades pequeñas comparadas con las millonadas
que estamos hablando pero todo suma.
No hay cifras oficiales, pero las primeras estimaciones de los analistas de Credit
Suisse Group AG justo después de producirse el primer recall ascendían a
los 1.000 millones de dólares. En esa cantidad contabilizaban el coste
de la propia operación de reemplazo (gastos propios del recall) y el dinero que
dejaría de ganar Samsung con cada intercambio. Esto, claro, a principios de
septiembre y antes de que se produjera el anuncio de que la compañía iba a
parar la fabricación.
La semana pasada, y antes de que los
incendios de Notes 7 reemplazados comenzaran a incendiarse, otros analistas
consultados por Reuters aseguraban entonces que la jugada iba a resultar
más cara de lo inicialmente previsto: 5.000 millones de dólares este año
(costes del recall y la estimación de las ventas perdidas).
Sin cifras oficiales es difícil
hacer estimaciones, pero los analistas coinciden en que esto supondrá miles de
millones en pérdidas para Samsung (tanto por las dos retiradas como las ventas
perdidas)
Reuters publicaba esta misma mañana nuevas estimaciones
con otro escenario más catastrófico y que es el que final se ha dado: Samsung
dejaría de ganar hasta 17.000 millones de dólares si se dejaba de vender
el Note 7, como al final se ha anunciado. Dicha cantidad se refiere a las ventas
perdidas de 19 millones de Note 7, que han calculado que serían las unidades
que se esperaban que el producto vendiera durante su ciclo de vida.
Por ahora, eso sí, son todo
estimaciones. Samsung no ha precisado todavía cuántos teléfonos se verán
afectados por este segundo recall. A estos cálculos también habría
que sumar los "efectos secundarios": posibles demandas y lo que una
mala noticia como ésta ha causado la cotización de Samsung. Este mismo martes,
las acciones de la compañía caían un 8% tras confirmarse la retirada del
modelo en Seúl, llevándose por delante 17.000 millones de su valor de mercado.
Las últimas noticias oficiales
por parte de Samsung en lo que a temas económicos se refiere son las
estimaciones de las ganancias del tercer trimestre que la compañía publicó la semana pasada: unos 44.000 millones de
dólares en ventas con 7.000 millones de dólares en beneficios operativos,
ligeramente por debajo de lo esperado. "Sin el coste del primer recall, se
esperaba originalmente que Samsung lo hubiera hecho mejor este año", decía un analista de Nomura Holdings a Bloomberg.
De nuevo, insisto: los cálculos de Samsung son previos del segundo recall
y puede que en el Q3 no se noten mucho los efectos, pero puede que en el Q4
veamos algo más de impacto.
No comments:
Post a Comment