Tuesday, October 11, 2016

El otro coste más difícil de calcular: el de reputación





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El coste económico será el más fácil de calcular, al menos para Samsung y teniendo ellos todos los números de unidades vendidas en la mano. Sin embargo, hay otro que será muy difícil de cuantificar: el daño en reputación que todos estos problemas han causado a la marca Note y también a la propia Samsung.
La decisión todavía está muy reciente como para intentar valorar este aspecto, pero creo que parece seguro decir que todos los nuevos lanzamientos de Samsung serán mirados con lupa en el futuro, tanto por usuarios como por las propias autoridades y reguladores. El quitarse la fama de fabricar "teléfonos que explotan" posiblemente les persiga durante un tiempo, y es que hasta los medios generalistas han estado cubriendo de forma extensa los problemas del Note 7. Explícale a alguien que no entiende o no tiene interés en los teléfonos que el modelo con problemas es el Note 7 y no el S7 o el futuro S8, por ejemplo.
Samsung tendrá que trabajar para dejar de ser, para los consumidores, la marca que fabrica "teléfonos que explotan"
No se tienen muchas referencias de casos similares con los que podamos comparar. Apple tuvo algunos problemas de cobertura con el iPhone 4 (de donde viene el famoso "lo estás sujetando mal") y también con los iPhone 6 que se doblaban (que no era problema del teléfono, según ellos, aunque el iPhone 6s llegó "reforzado" para evitarlo), pero ni de lejos fue algo tan grave como los Note 7 que arden y que causan heridas ni tuvieron que retirarlos hasta en dos ocasiones de la venta.
Cuando Samsung anunció el primer recall del Note 7, estaba claro que los teléfonos tenían algún problema grave y potencialmente peligroso: nadie retira del mercado 2,5 millones de dispositivos porque sí. Si el problema se hubiese quedado ahí, quizá el Note 7 se podría haber recuperado. "Quizá" y "podría", nunca lo sabremos. Pero el segundo recall es fatal y de ahí a que Samsung haya decidido evitar más pérdidas y problemas retirándolo del mercado por completo.
La estrategia fue buena en su momento, al menos sobre el papel: anunciar el Note 7 antes que el iPhone 7 de Apple para tenerlo a la venta justo antes de que los chicos de Tim Cook anunciaran el suyo. Por eso Samsung anuncia un teléfono en agosto y sale a la venta a principios de septiembre, fechas poco habituales para lanzamientos. Ahora el iPhone 7 se queda solo, y habrá que ver qué hacen los propietarios (actuales o que tenían pensado comprarlo en un futuro) del Note 7: si irse al S7, cambiar al iPhone 7 Plus u optar por cualquier otro modelo que hay en el mercado.

El coste tecnológico
Finalmente, otro "coste" del que seguramente iremos conociendo algo más en los próximos días: el tecnológico. Cuando Samsung anunció el primer recall, lo hizo tras una investigación en la que, según explican en su comunicado, detectaron "un problema en las células/celdas de las baterías". "En concreto, se produce un sobrecalentamiento de la celda de la batería al entrar en contacto el ánodo con el cátodo que es un error muy poco común en el proceso de fabricación", añadían.
Todavía no se sabe cuál es el fallo concreto y por qué los modelos reemplazados también lo sufren
Con los modelos de reemplazo, este problema quedaba en teoría solucionado. En teoría, aunque ya se ha visto que no. Seguramente durante los próximos días vayamos conociendo más detalles, pero todo apunta a que el primer problema no se solucionó del todo en las unidades de reemplazo. ¿Puede tener otra causa? ¿Otro componente defectuoso que lo esté causando todo? ¿O directamente que no lo arreglaron bien en una primera instancia? Por ahora, sin información oficial, es mucho especular. Habrá que esperar a ver qué explicaciones da Samsung.

¿El lado bueno de todo esto?
¿Puede tener todo esto una lectura positiva? Para Samsung parece que no, está claro. El Note 7 es, simplemente, uno de los mayores fracasos tecnológicos de los últimos años. Para los consumidores, y al final para la industria en sí, sí puede haber algo bueno: el que las compañías, independientemente de las presiones por sacar un teléfono antes de una determinada fecha con unas determinadas especificaciones, hagan pruebas más exhaustivas de todo lo que van a sacar al mercado con el fin de evitar problemas como éste.

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